El consumismo de los habitantes de los países ricos y la contaminación que generamos son una amenaza real para el medio ambiente. Si queremos cambiar algo, tenemos que hacer frente a este momento y decirle al consumo excesivo Más no más.
Se estima que si toda la población mundial consumiera al mismo nivel que los habitantes de los países desarrollados, serían necesarios entre tres y cinco planetas para sostener ese estilo de vida. El elevado nivel de consumo en los países ricos, junto con la contaminación que generan, representa una amenaza significativa para el medio ambiente. Actualmente, las naciones desarrolladas emplean 32 veces más recursos globales que la mayoría de las regiones en desarrollo. Además, la población mundial continúa en aumento. Por ello, desde hace tiempo es imprescindible reflexionar críticamente sobre nuestros hábitos de consumo.
La exposición muestra la importancia de comprender los objetos de los que nos rodeamos. ¿De dónde proceden? ¿Dónde y en qué condiciones se producen? ¿Cuánto material se ha utilizado para crearlos? Afrontar el impacto de nuestra cultura material permite una nueva conversación y la posibilidad de un nuevo modelo de sociedad, más sano, basado en el respeto al medio ambiente y en una tasa óptima de explotación de los recursos.
Las obras presentadas en la exposición muestran un enfoque racional del consumo. Plantean la pregunta: ¿quién es responsable del exceso? Examinando el ciclo de vida de un objeto, las empresas fabricantes pueden aliviar considerablemente esta carga para el planeta. En este sentido, las elecciones de los consumidores, incluso de aquellos con las mejores intenciones, demuestran lo crucial que es la educación del consumidor para disipar falsedades y mitos como el lavado verde. Si queremos cambiar algo, tenemos que afrontar este momento y decir al consumo excesivo: Más no más.
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