Este proyecto de comisariado aborda la dicotomía entre el «yo» y el «nosotros» en nuestras vidas.
En los tiempos que corren, donde el individualismo ha tomado protagonismo, el «yo» suele tener prioridad. Nuestros objetivos más importantes se han desplazado hacia el interior, hacia el autodesarrollo y la búsqueda de un sentido de plenitud. Buscamos comprendernos mejor, reforzar nuestra autoestima y comunicar con claridad nuestros deseos y actitudes. Pero, ¿puede existir la felicidad del «yo» sin la felicidad del «nosotros»?
Esta dicotomía entre el «yo» y el «nosotros» puede darse en muchos contextos: la familia, la comunidad local y global, y en las relaciones entre compatriotas, extranjeros y quienes habitan en países en desarrollo. Muchos problemas del mundo moderno podrían resolverse de forma sistémica mediante acciones en las que participaran comunidades enteras. Sin embargo, las personas que persiguen sus metas y anhelos individuales no suelen sentirse motivadas a participar en acciones colectivas.
¿El «yo» y el «nosotros» tienen que oponerse? ¿Pueden coexistir? Puede que los objetos presentados en la exposición no respondan claramente a estas preguntas, pero sí muestran lo que ocurre cuando la balanza se inclina demasiado hacia un lado, así como lo que se puede alcanzar cuando el «yo» recuerda que forma parte de un todo más amplio. La exposición nos invita a reflexionar sobre el origen de nuestra alegría y satisfacción, y lo poderosa que puede ser cuando se comparte.
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