Este proyecto de comisariado reflexiona sobre el impacto de las tecnologías en nuestras vidas y la forma en que las empleamos. Cada nueva tecnología plantea dudas, incluso aquellas que ahora consideramos fundamentales, como el alfabeto. Sócrates, por ejemplo, criticaba la escritura, argumentando que debilitaba la memoria y el pensamiento humano, además de ir en contra de nuestra naturaleza y propiciar malentendidos. Mucho tiempo después, la aparición de los primeros periódicos generó inquietud sobre la posibilidad de que fomentaran el individualismo y afectaran nuestra habilidad para dialogar.
Los avances tecnológicos actuales también generan ansiedad. El ritmo de nuestra vida está cambiando, pero también la forma en que nos comunicamos, trabajamos y pasamos nuestro tiempo libre. La tecnología es omnipresente, y el teléfono y el ordenador se han convertido en extensiones permanentes de nosotros mismos. ¿Cuál es el equilibrio adecuado entre la realidad digital y la analógica? ¿Hemos ido demasiado lejos? ¿Vamos en la dirección correcta o es hora de dar un paso atrás, desintoxicarnos digitalmente y desconectarnos de la red? ¿Queremos seguir adelante? Y, en caso afirmativo, ¿cómo?
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